domingo, 25 de agosto de 2019

Cubelles Noir 2019. Crónica del sábado, 24 de agosto.

Tercer día del Cubelles Noir. Las turbulencias provocadas por mi alusión poética a la chimenea de la Térmica se ha disipado. Ya nadie busca la chimenea. Descanse en paz. La calma ha vuelto al pueblo. Al año que viene me saludará la torre de la iglesia, siempre y cuando esté en pie, claro está, que por aquí son muy aficionados a derrumbar cosas en cuanto te descuidas.

—Buenos días. No te preocupes. Esa torre no la tiran.

—Buenos días, Pepito Grillo. Con la Iglesia hemos topado.

—Efectivamente.

A lo que vamos: en el primer debate de la mañana se habla de las vicisitudes a través de la historia de un espacio emblemático de Cubelles: L'Aliança. Se espera que con su reciente rehabilitación, al año que viene se pueda realizar allí el Cubelles Noir 2020. Participan en el debate Xavier Martinez y Robert Monzonis, modera Xavier Borrell.


La segunda mesa se llama Black boxing y en ella, Jokin Ibáñez, Jordi Dausà, Sebastià Bennassar y Ferran Grau, moderados por Úna Fingal, debaten sobre boxeo y novela negra. Escucho cosas como que el boxeo está lleno de perdedores y al noir le gustan los perdedores. A la pregunta de la moderadora de a quién le darían un derechazo, un participante responde que a un juez que se ha enterado que boxea y otro dice que le gustaría sacudirle a una señora que escribía novelas de misterio. Sí, esa tan sabihonda, repelente y clasista que en sus libros el asesino siempre era el mayordomo.


La mañana es intensa y asisto a otra mesa llamada Fantasía y ciencia ficción, con Jesús Cañadas, Marc Pastor e Isabel del Río, modera Yoli García. Se expone que, aunque hay una cierta normalización en el género de la ciencia ficción, hace falta un revulsivo, una obra mediática que sirva de punto de inflexión a partir del cual el género se haga multitudinario. La moderadora propone a los autores el simpático juego de improvisar un relato situado en Cuebelles en el año 4445 y la narración deriva en un Cubelles acuático lleno de amebas gigantes que luchan contra un ejército de robots de cocina.

—¿Amebas gigantes contra robots de cocina? Eso no es nada.

—¿Qué pasa con eso, Grillo?

—Pues que tú, a veces piensas distopías mucho más surrealistas que esa y eso se debe a tu carácter pesimista y depresivo. 

—¡Oye, ortóptero, se supone que tú estás para aconsejar, no para dar por saco!

—¿Qué me has llamado?

—Ortóptero, eres un insecto de la familia de los ortópteros, en definitiva un puto grillo bastante molesto. Lo leí hace tiempo en el Libro Gordo de Petete de San Google.

—¿La Wikipedia?

—Esa. ¿Seguimos con la crónica?

—¿Hoy no se come?

—¡Por supuesto que se come! Comemos y seguimos.


A las seis de la tarde se suceden dos mesas con las candidatas al premio Cubelles Noir en catalán y en castellano, cinco aspirantes por cada idioma. Cada finalista resume y defiende su novela. Hay risas nerviosas, la tensión se palpa en el ambiente. Las finalistas son: Antonia Huertas, Noelia Lorenzo Pino, Laura Balagué, Marina Sanmartín, Prado G. Velázquez, Dora Muñoz, Montse Sanjuan, Esther Vila, Núria Gras y Mireia Vancells, presentan Yoli García y Xavier Borrel.



Seguidamente empieza la mesa Novela negra en la televisión, a cargo de Roger Rubio y Miguel Sáez Carral, modera Nacho Cabana. En esta charla queda claro que el lenguaje televisivo es muy diferente al de la novela, de ahí las grandes divergencias que existen, a veces, entre las novelas y las adaptaciones al medio. Durante el debate se proyectan tráileres de grandes series.


Esto se está acabando. La última mesa se titula Fake news y está compuesta por Raquel Gámez Serrano, Maribel Medina, Cristina García Ferry y Javier Abasolo, moderados por Xavier Borrell. Me quedo con un dato: los bulos triunfan aunque solamente se los crea un dos por ciento.


Se entrega el Premio a un personaje histórico de novela negra a Kostas Jaritos/Kharitos, de Petros Márkaris.


El premio a la mejor novela escrita por una mujer en catalán en 2018 es para Mireia Vancells por Aritmètica del crimen.


El premio a la mejor novela escrita por una mujer en castellano en 2018 es para Noelia Lorenzo Pino por Corazones negros.



Se acaban los nervios, se calman las tensiones y llega la euforia de las ganadoras.

Nos vamos a cenar al patio del castillo y nuevamente me invade la melancolía que desprenden las cosas que terminan y no deberían…

—Estás hecho un moñas, tío, como sigas por ese camino vas a acabar en los festivales de novela romántica y te vas a deprimir como un decimonónico cualquiera.

—Si me deprimo es porque siempre me cortas y zumbas a mi alrededor como una mosca cojonera.

—¿Mosca? ¿Ya no soy un grillo?

—Tú eres tonto.

—Pues anda que tú…

Apago a Pepito Grillo y me despido del Cubelles Noir, pues mañana no sé si podré asistir a la visita guiada a los lavaderos y a la Gimcana en la que colabora el grupo de teatro del Casal de Cubelles. Repito el párrafo de más arriba que mi jodido Yo Crítico no me dejó acabar como es debido:

Nos vamos a cenar al patio del castillo y nuevamente me invade la melancolía que desprenden las cosas que terminan y no deberían, pero enseguida me repongo porque al año que viene, por estas fechas volverá a empezar, como siempre y para siempre, Cubelles Noir.