Hay algo extraño en esa mujer solitaria y en ese chico especial.
Hay algo raro en ese hombre tranquilo con su perro.
Hay algo que no encaja en el paisaje.
Que perturba el ambiente.
Que se insinúa.
Y se dosifica.
Relato negro.
De pulso pausado.
Al principio.
Porque todo avanza despacio.
Hasta que empieza a rodar.
Y se precipita.
Y se abre.
Y el pasado se acerca.
Y el chico sabe lo que hacer cuando algo deja de estar vivo.
Y la voz de la mujer se enreda con la laurisilva.
En un señuelo de muerte.
Y entonces, todos los nombres encajan.
«Los nombres prestados».
Ravelo.
Siempre Alexis.
Magistral Ravelo.