sábado, 24 de agosto de 2019

Cubelles Noir 2019. Crónica del viernes, 23 de agosto.

Segundo día en el Cubelles Noir y ya me he ganado un chorreo: me dice el señor comisario del festival que la chimenea de la Térmica la demolieron hace seis meses y que la he liado, porque hay un montón de gente buscando la chimenea para tirarla de nuevo. Le digo que ya lo sé, que no busquen más, que lo de ayer era una imagen poética, que la chimenea está en mi recuerdo de Cubelles y los recuerdos no se pueden controlar y me saludan cuando me invade la melancolía.

—¿Ves lo que pasa por ponerte melancólico y tontorrón?

—Joder, Pepito Grillo, deberías ayudar en vez de echarme más sal en la herida.

—Soy tu Yo Crítico, ¿recuerdas? Ya sabes cual es mi trabajo.

—Los inventos de los comecocos no tienen trabajo.

Aprieto el botón standby del grillo y entro en el Centro Social. Comienza la mesa Personajes LGTBI en la novela negra a cargo de Prado G. Velázquez y Nacho Zubizarreta, que realizan un repaso histórico por las publicaciones y personajes de distinta orientación sexual y cómo en sus orígenes, estos personajes eran perturbados, negativos y de marginalidad extrema.



Sin apenas pausa, entran en acción Jacinto Vicente, Rafa Melero, José María García Sánchez y Francisco Veiga, moderados por Karina Tiznado, que dialogan sobre El peligro de la ultraderecha. Salen a relucir populismos, postfascismos, redes sociales, frikis ultras y todas las nuevas caras de esta fauna que, sin querer, a veces alimentamos con nuestro comportamiento.



Pausa para el vermut negro y para comer. Como novedad nos ponen unas pegatinas de colorines en la frente. A mi me toca la marrón y me dicen que eso significa que voy a comer entrecot.  Me parece estupendo. Parecemos una secta hindú debatiendo sobre el tercer ojo.
Muy bueno el entrecot. Supongo que no era de vaca sagrada, que no quiero liarla otra vez.

Lo malo de los festivales es que ninguno contempla la actividad siesta. ¿Dónde está el buzón de sugerencias?

Me lavo la cara para despejarme y entro en la primera mesa de la tarde. Julio César Cano, Empar Fernández, Javier Hernández y Aida Montoya, moderados por Mari Carmen Sinti. La mesa va de la influencia de los diferentes climas en la novela negra. Se habla de que el el calor, el frío o el viento influyen en la agresividad y de como el clima influye en los personajes porque lo hace con el autor.



Esto no para: seguidamente comienza el cara a cara con Petros Márkaris y Ernesto Mallo. Se suceden las anécdotas y los toques de humor: en estos momentos se dan las condiciones idóneas que dieron lugar al nacimiento del nacionalsocialismo, pero el señor Trump tiene la solución: podemos comprar Groenlandia e irnos a vivir allí. La sala está a rebosar y hay gente sentada en las escaleras.



Sillas calientes. Apenas ha terminado de firmar el último libro el bueno de Petros, cuando comienza la penúltima mesa de la tarde titulada Crisis económica y novela negra, a cargo de Paco Gómez Escribano, Jordi Ledesma, Álvaro Aguilera y Daniel Fopiani. Modera: Charo González. La novela negra nace con las crisis económicas. Cuando hay crisis, la novela negra crece.



«Todos los asesinos nos cuentan una historia en la escena del crimen y en la víctima», es lo que nos dice Paz Velasco de la Fuente en al siguiente charla titulada Fantasía, sexo y crimen, en la que nos expone una recopilación espeluznante de las fantasías de varios asesinos en serie.



Termina uno de los días más densos del festival y mi Pepito Grillo y yo nos vamos a cenar. Casi salimos a tortazos. No nos ponemos de acuerdo ni en el menú.

Mañana más.


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