miércoles, 7 de marzo de 2018

VillaNoir 2018. Black writers vs. aliens.

Grabación del cuaderno de bitácora de la nave interestelar Nostragamus procedente del sistema Sirius. Tripulación: Tete Karabarbo (capitán, propietario de la nave y cazarrecompensas) y Discúter (piloto, ayudante subcontratado y pringadillo de turno). Lugar: planeta Tierra, sur del Pirineo aragonés. Fecha terrícola: 3 de marzo de 2018.


—Tendríamos que acercarnos más, jefe. Desde aquí no podemos interceptar sus diálogos.

—Está bien, pero vigila el inhibidor de presencia, no nos pase como ayer y nos muelan a palos. ¡Menuda mala leche la del tipo ese de la joroba postiza!

—Ya le dije antes de hacer el salto espaciotemporal que el inhibidor necesitaba una reparación urgente. Y el tipo de la joroba postiza es lo que por aquí llaman un montañero. Casi lo despeñamos del susto cuando aterrizamos en los prados de la cabaña esa, cerca de la cima de la peña que los indígenas del pueblo llaman Collarada.

—No tenemos tiempo para reparaciones. El tipo que buscamos es muy escurridizo.

—Yo no diría tanto, jefe. Se prodiga mucho en las redes sociales del planeta.

—Por eso. Es un experto y no hay nada que me ponga más nervioso que un experto. Bien, Discúter, reconozcamos el terreno. Haz un vuelo rasante sobre el pueblo. ¿Cómo has dicho que se llama?

—Villanúa.

—¡Malditos nombres terrícolas! No hay manera de aprendérmelos. Vamos, baja un poco más, pero ten cuidado y no te lleves por delante la torre de la iglesia, no vayamos a joderla, que estos terrícolas son muy sensibles con sus ídolos y sus símbolos.

—A mi lo que me preocupa es el inhibidor de presencia, jefe. Como nos falle y nos hagamos visibles aquí, encima del pueblo, la vamos a liar parda. Además, la tobera antigravedad izquierda no anda muy fina y…

—¡Deja en paz el inhibidor, la tobera y la madre que los parió! Centrémonos en lo que interesa. A ver, el tipo en cuestión se llama Ricardo Bosque, fíjate bien en su holograma, no vayamos a cagarla y abduzcamos a otro, que estos terrícolas me parecen todos iguales.

—Hombre, jefe, yo no veo mucho parecido entre Ricardo Bosque, Ana Etxabe y Miriam Stolisky.

—¿Quiénes son esos otros?

—Esas, jefe, esas. Son hembras terrícolas y no son unas hembras cualquiera. Ana Etxabe es la concejala de cultura, algo así como el equivalente a un miembro destacado de nuestros consejos de mando locales. La tal Stolisky es la bibliotecaria.

—¿Todavía están en la etapa de leer libros estos paletos?

—¡Joder, jefe! ¿Es que no se ha transfundido el dosier del encargo? Estamos aquí porque el tipo que nos tenemos que llevar es el que organiza el segundo festival de novela negra de Villanúa, VillaNoir 2018.

—Ya, ya. Es que con tantos encargos que llevamos entre manos me hago la biociberpicha un lío. ¿Cuál crees que sería el mejor sitio para trincar al Ricardo ese?

—Lo tenemos difícil, jefe. A pesar de que los invitados al evento son de los mejores escritores del género, le tienen mucho respeto y no lo pierden de vista. Le siguen como corderitos. Como no lo abduzcamos cuando esté cagando…

—¡Quita, quita, menudo marrón! Subirlo a la nave a medio tango… ¡Para que nos ponga el cono elevador hecho unos zorros! ¿Ya no te acuerdas lo que nos pasó con el rigeliano aquel que nos puso toda la nave perdida?

—Si me acuerdo, jefe, pero es que los rigelianos van siempre muy sueltos. Los terrícolas tienden más al estreñimiento.

—Déjate de hostias. Revisa el programa del festival para ver si encontramos un hueco en el que esté solo.

—Ya lo he hecho, jefe. Esto se acaba. Ya se han celebrado todas las mesas y como usted ha visto siempre había mucha gente. Imposible enfocar el cono elevador solamente sobre el individuo en cuestión. Podemos intentarlo dentro de un rato en el Pajar de Troncho.

—¿Y eso qué es?

—Un sitio en donde van a dar una fiesta criminal. 

—¿Van a matar a alguien como hacen los rigelianos en las orgias que montan en Rigel IV?

—No, jefe. Bailarán con canciones de temática policiaca.

—¿Habrá drogas?

—Que yo sepa, sólo alcohol.

—¡Joder, qué sosez de fiesta!

—Bien, este es el plan: esperaremos a que la fiesta esté en todo su apogeo y le haremos una falsa llamada de teléfono desde el número de su mujer. En cuanto salga afuera para hablar lo trincamos.

—De acuerdo, jefe, a propósito, ¿para qué quiere nuestro cliente a Ricardo Bosque?

—¡Yo qué sé! Tonterías y caprichitos de nuevo rico. Parece ser que quiere montar un festival de novela negra en Alfa Centauri III y quiere que Ricardo le asesore. Imagínate…, ¡un festival con libros! ¿Habrase visto cosa más antigua y obsoleta? Pero bueno, quien paga manda…

—Pues esperemos a que llegue la noche y empiece el criminal party…

—¡Nada de esperas! Programa un microsalto temporal y avancemos hasta el evento.

—Lo que usted mande, jefe, pero le recuerdo que andamos cortos de combustible y los microsaltos temporales consumen mucha energía.

—¡Haz lo que te digo, coño! Ya si eso procesamos unas cuantas rocas de la cima del Collarada para obtener gasofa molecular.

—Necesitaremos al menos media cima, jefe. Vamos a alterar el paisaje y se van a dar cuenta los terrícolas de Villanúa.

—Algunos lo agradecerán. Así quedará más bajo y les costará menos subirlo.

—Vale, jefe, ya estamos, justo encima del Pajar de Troncho.

—Bien, cuéntame qué ves por el transparentador ultrasónico.

—Veo a Daniel Sancho, de El Eventario, que está animando el cotarro y la bibliotecaria, Miriam Stolisky hace fotos.

—¿Fotos?

—Sí, una especie de hologramas en dos dimensiones. La gente se disfraza de asesino, llevan cuchillos, sierras, máscaras y ponen caras raras.

—¡La madre que los parió! ¿Has llamado a Ricardo?

—Sí, jefe, ya sale… Pero…, salen varios con él…, entre ellos Juan Mari Barasorda y Jon Arretxe, que está cantando… ¡Maldición! ¡Las vibraciones de los alaridos de Jon han alterado el inhibidor de presencia! ¡Están todos mirando hacia arriba con cara de mala leche! ¿Nos hemos hecho visibles!

—¡Me cago en san Pitopato Berenjeno Nonato! ¡Sal cagando leches, ponte detrás de aquel cerro y arréglalo!

—Vale, vale, ya está, pero no sé si aguantará mucho tiempo. ¿Y ahora qué hacemos?

—A ver…, pásame la lista de autores del festival. Se me está ocurriendo que podíamos abducir a otro… ¿Qué tal si nos llevamos a Javier Marquina y a Cristina Hombrados? Podrían procrear durante el salto hiperespacial y así tendríamos repuestos para…

—¡No me joda, jefe! Estos saben mucho de comics negros, pero de montar festivales… Además, Javier Marquina se parece a Ricardo Bosque tanto como un huevo a una castaña.

—¿Y Rafa Melero?

—¿Está usted loco? ¡Es un poli! Tenemos antecedentes. ¡Nos trincaría en dos minutos!

—Vale, vale, no lo sabía… ¿Jon Arretxe? No, este tampoco. Se pone a cantar y nos desarma la nave.

—Además es vasco, jefe. Y si le da por hablar en raro no lo entiende ni Dios.

—Estela Chocarro tampoco. Es hembra y no podría pasar por Ricardo Bosque ni con un hipermaquillaje biodigital extremo. ¿Jerónimo Salmerón?

—¡Ni se le ocurra, jefe! ¡Menudo hiperactivo! ¡Este nos pone la nave patas arriba en dos minutos!

—¿José Luis Muñoz?

—Sabe mucho. Ha escrito más libros que todos los demás juntos, pero, aunque se conserva bien, es mayor. Podría palmarla durante el viaje.

—¡Joder! ¿Empar Fernández?

—Hembra. De Cataluña, y últimamente no está el horno para bollos con los terrícolas catalanes.

—A ver…, Clara Peñalver es hembra, además, aunque ha mandado un vídeo al festival, no ha venido… Pues sólo nos queda Marcelo Luján.

—¡Ni hartos de vino, jefe! ¡Es argentino!

—¿Y eso?

—Se pone muy intenso. Con sus profundas descripciones del mal, la oscuridad, los escenarios negros, los personajes blancos y otros arcanos, nos puede volver majaras.

—No me he enterado de nada, pero suena peligroso. ¡Me cago en la leche! Pues ya no hay más.

—¿Y si esperamos al VillaNoir del año que viene, jefe? Mientras tanto podríamos hacer los encargos de Aldebarán VI y Orión IX

—No tenemos más remedio. Esperemos al VillaNoir 2019. Hala, tira para Aldebarán IV…, ¿o era Aldebarán VI? Últimamente ando un poco disléxico. 


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