domingo, 19 de enero de 2020

Pamplona Negra 2020. Crónica del sábado, 18 de enero.

Esto se acaba.

10:30 horas: se abre el telón en el vestíbulo de Baluarte y aparecen los chicos de la UPNA escenificando un crimen en la Pamplona del siglo XIX. Comienza la ruta teatralizada «Pamplona sangrienta». Durante más de una hora, el escritor enciclopédico, cronista y desmitificador de la huella de Hemingway en Pamplona Miguel Izu, nos conduce por varios lugares del centro de la ciudad vieja en donde ocurrieron, entre 1893 y 1906, unos cuantos sucesos sangrientos. Durante el trayecto, entre crimen y crimen, el bueno de Izu nos entretiene con anécdotas históricas, chismes y leyendas urbanas.


Esto se acaba.

A lo grande.

A las 12:00 horas, presentado por la escritora y guionista Sandra Iraizoz,  sube al escenario Agustín Martínez que nos cuenta con pelos y señales como se hizo la serie «Monteperdido». Más de una hora de excelente exposición para narrar las vicisitudes de este guión que primero fue serie, luego novela y después se volvió a reconvertir en serie. Agustín nos explica su método de trabajo, la confección del guión, localización de exteriores y varias anécdotas que ocurrieron durante el rodaje.



Esto se acaba.

A lo grande.

Pero el recuerdo persiste en la memoria.

No sólo  de novela negra vive el friki, los frikis también lloran, de gusto, con la gastronomía del Pamplona Negra. A las 14:30 horas nos sentamos a la mesa del hotel Tres Reyes para degustar la gastronomía sureña de Harper Lee, Jim Thompson y Truman Capote». Como muestra un botón:

«Hay cosas que debes olvidar si quieres seguir viviendo». Jim Thompson, «El asesino dentro de mí»

Guiso de cangrejo de río y tomates verdes asados sobre tortitas de maíz.



Esto se acaba.

A lo grande.

Pero el recuerdo persiste en la memoria.

Como los olores de la infancia.

A las 18:00 horas, con un sopor de dieciséis toneladas y unas ganas locas de hundir la cama con una siesta hasta el radiante amanecer del nuevo día, entro en Baluarte para ver a Dolores Redondo que, entrevistada con oficio por Susana Rodríguez Lezaun, nos cuenta los entresijos de su última novela, «La cara norte del corazón» y su original forma de escribir.


Esto se acaba.

A lo grande.

Pero el recuerdo persiste en la memoria.

Como los olores de la infancia.

Como el hermoso caos del jazz.

La directora Susana Rodríguez clausura el festival apoyada en un piano de cola diciendo:

—Tócala Sam.

Y Sam va y la toca, la canción, no a Susana. Y la música y el festival siguen, porque los Jazzy Leap nos ofrecen un concierto perfecto y memorable.




Esto se acaba.

A lo grande.

Pero el recuerdo persiste en la memoria.

Como los olores de la infancia.

Como el hermoso caos del jazz.

Y la lluvia del norte.


Al año que viene más.

sábado, 18 de enero de 2020

Pamplona Negra 2020. Crónica del viernes, 17 de enero.

Cada vez que vengo a Pamplona me tomo un café en el Iruña. O varios. No es por todo ese rollo de Hemingway, no soy nada mitómano, sino porque cada vez me resultan más atractivos los cafés antiguos. Será la edad, así no desentono con el mobiliario. Un vetusto haciendo juego con la vetustez. Lo cierto es que siempre me han gustado los bares de todo tipo. Son fuente de inspiración. Me gusta llegar, colocarme en un sitio clave y sacar la antena par ver si pillo algo. Nada original, imagino. Echo un vistazo alrededor observando a los parroquianos y solo veo notas discordantes. En este cafetín sólo deberia de haber abuelos con txapela o sombrero y bastón y señoras mayores enjoyadas tomando pastas con infusiones de hierbaluisa. En lugar de eso hay una mezcolanza de guiris, ejecutivos con auriculares dando órdenes al teléfono, jovencitas desocupadas retuiteando con frenesí, un par de abuelas arriconadas en el fondo del local y hasta uno de Almansa que escribe estas líneas y es el que faltaba para completar el cuadro.
Sigo orientando la antena, pero no capto nada interesante hasta que, de pronto, entre el ruido del vaporizador de la cafetera, escucho la madre de todas las frases:

—Yo lo que quiero es encontrar a un tío que me haga reír, pero no hay manera.

Me vuelvo y me quedo con las ganas de contestar a la chica que le habla al teléfono:

—Debes estar ciega o eres muy exquisita con el humor, porque los tíos llevamos haciendo el payaso durante milenios.

Fuera del Iruña llueve.

Ya por la tarde, entro en la sala con el tiempo justo, pero el grupo habitual de escritores navarros ya me ha guardado una butaca entre ellos. No pueden ser más majos.

 A las 18:00 horas en punto, salen al escenario Ibon Martín, Miguel Aguerralde y Santiago Díaz Cortés, que conducidos por Katrin Pereda nos presentan la mesa «Sed de venganza». ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿Qué se construye primero en una novela el motivo o el vengador? Sin motivo no hay vengador, aunque casi siempre se van perfilando al mismo tiempo.

En algún momento de la charla se oye la frase, «…la venganza y la justicia parten de un mismo principio: que alguien pague por la maldad que ha cometido»


A continuación, la implacable domesticadora del tiempo Susana Rodríguez, nos presenta «Diálogo USA: Cómo escribir la mejor novela de 2018». Uno es de Oklahoma City, el otro de Barcelona, afincado en Pamplona; uno ha escrito «Carreteras de otoño», el otro «Justo»; uno se llama Lou Berney, el otro Carlos Bassas del Rey; el primero ha ganado el premio Hammett 2018, el segundo también y los dos son unos grandísimos escritores.

«No nos volvamos locos, solo escribimos libros», nos dice el bendito chiflado de Bassas, citando a Carlos Zanón.


Después cine negro: «L.A. Confidencial» (1997) de Curtis Hanson

«Bud, necesito de sus terribles servicios en el Motel Victory», le dice el Capitán Dudley Smith (James Cromwell) a Bud White (Russell Crowe).

Para terminar y como siempre pincho pote en el Cubo pero con sorpresa, porque resulta que, tal día como hoy, se cumplen cien años del establecimiento de la ley seca en Estados Unidos, por lo que un barman, vestido de esa época, nos explica mientras lo prepara, la historia del coctel Long Island Iced Tea.
Nos lo bebemos, claro.


Finalizamos cenando, como es costumbre, en La Antigua Farmacia.

Me marcho pronto a dormir porque mañana nos espera un día muy apretado.

Mañana más. 

viernes, 17 de enero de 2020

Pamplona Negra 2020. Crónica del jueves, 16 de enero.

Entro en una cafetería. Soy el único parroquiano y el camarero, joven, simpático, dicharachero y con poco trabajo me trae el café a la mesa.

—¿De dónde eres? —me pregunta.

—De Almansa.

—Almansa…, Almansa… ¡Allí hay un castillo!

—Exacto, un castillo muy viejo, más viejo que un bancal.

—También hubo una batalla, creo. Os liasteis a palos con alguien.

—Yo no estaba. Además mis convencinos de entonces tampoco pelearon. Se encontraron con la batalla sin comerlo ni beberlo.

—¿Y cómo es eso?

—Pues verás, las batallas forman parte de las guerras y las guerras las organizan los de siempre, los que están arriba, y las pierden los pringaos de a pie y los que, como en este caso, están en medio. Resulta que esta batalla fue una de las que se libraron durante la guerra de sucesión y fue un conflicto europeo. Las tropas austracistas venían avanzando desde Valencia al encuentro de las borbónicas y dio la puta casualidad que se encontraron en Almansa. Te aseguro que a los almanseños de entonces no les hizo ninguna gracia que se dieran de leches allí. No quedó ni una gallina, ni un grano de trigo en kilómetros a la redonda. Todo para alimentar a la tropa.

—¿Hubo muchos muertos?

—De Almansa muy pocos, que se sepa. La batalla no se libró en la ciudad. De entre las tropas mercenarias de ambos bandos, mogollón.

—¿Y cuánto es eso?

—Cuatro montonacos y siete puñaos.

—No eres muy preciso con las estadísticas históricas.

—Pues tú tampoco tienes muy claro lo que es una guerra.

Se ríe. Pago el café y me despido.

Buen tipo este camarero.

El reloj atómico cerebral de la directora Susana Rodríguez sigue haciendo su trabajo y a las18:00 horas, ni un minuto más ni un minuto menos, comienza la interesantísima mesa redonda «Corrupción policial», con Agustín Pery Riera, Salva Alemany y Reyes Calderón. Modera la periodista Laura Puy Muguiro. «Todos somos corruptos, aunque a diferente nivel…», «…al contrario que los policías, los políticos son muy laxos con sus colegas corruptos, como premio a su labor los envían al Parlamento Europeo…», o «…a pesar de lo que pueda parecer, la corrupción policial en España es pequeña…», son frases que se escuchan durante la charla.


A continuación, después de una presentación impecable de Carlos Ollo, armada de su cabeza privilegiada y sobre unos tacones de infarto, la criminóloga Paz Velasco nos deja boquiabiertos con «El lado oscuro de Estados Unidos», un relato profesional y detallado con los principales asesinos en serie norteamericanos y de cómo la genética y el entorno determinan que alguien se convierta en un monstruo.


La afluencia no decae, la sala se completa en las dos sesiones.

Se termina el día con la película «Serpico» (1973), de Sidney Lumet.

«Ya sabes lo que dicen, ¿no? Si amas el jardín de un hombre, ¡tienes que amar al hombre!»

Después del pincho pote del Cubo me dan las tantas cenando y escuchando decenas de anécdotas y ocurrencias.

Mañana más.

jueves, 16 de enero de 2020

Pamplona Negra 2020. Crónica del miércoles, 15 de enero.

Paseando esta mañana por la orilla del Arga, y al hilo de lo que dije en mi publicación anterior sobre mejorar la especie humana, me han venido a la cabeza ideas producto de mis lecturas a ese respecto, porque a mí, a pesar de lo que parece, me preocupa bastante el futuro de la especie. He leído  con curiosidad algunos libros de Juan Luis Arsuaga, Eudald Carbonell o Yuval Noah Harari. Deberíais leer sobre evolución humana. Estoy seguro de que con vuestra inteligencia encontraríais algún método para mejorar al homo sapiens, y no como yo, que soy un jarramantas y sólo concluyo en ideas disparatadas y otras gilipolleces del tipo: ¿Qué tal si agarramos a un pez gordo, pero muy gordo, de esos que no se ven habitualmente porque siempre están en la sombra, emboscados, jodiendo el parque, y le aplicamos una reprogramación neuronal a estacazo limpio para que deje de dar por saco de una vez? A lo mejor funciona. Bueno, vosotros sabréis, que sois más listos, yo ahí lo dejo caer.

¿Qué tiene que ver lo anterior con el Pamplona Negra? Hombre, no digáis que la idea de un puñado de sicarios rompiendo huesos a unos cuantos señores, del grupo ese de escogidos que domina el mundo, no es un argumento de novela negra. Sería como un aviso a navegantes. Sí, ya sé que el método es burdo y pueril, ¿pero qué esperabais? Me crié en una aldea, y los de aldea no andamos sobrados de sutilezas y maquiavelismos, ya os he dicho que penséis vosotros algo más elaborado, que para eso tenéis estudios.

Entro en Baluarte a las 17:45 y la cola para entrar a la sala llega hasta la misma puerta. El festival empieza a aumentar de temperatura, es la tarde en la que prima lo virtual y lo cibernético.

A las 18:00 horas saltan al escenario Antonia Huertas, Blas Ruiz Grau y Rosa Montero, presentadas por la periodista Ana Oliveira. La mesa se llama «Ciberdelincuencia. El criminal invisible». Entre un sin fin de comentarios y aportaciones nos aclaran los conceptos de deep web y dark web. Nos quedamos con ganas de más, pero el tiempo manda. De entre toda la ingente información que nos dan, me quedo con una frase de Antonia Huertas. Cito de memoria:

«Hagas lo que hagas van a entrar. No te obsesiones con la seguridad, lo mejor que puedes hacer es no tener nada que esconder».

¡Qué miedito!


A continuación, en la siguiente mesa llamada «¿Cómo se combate la ciberdelincuencia?», los inspectores Casimiro Nevado y Alberto Martínez nos apabullan con unas declaraciones que ponen los pelos de punta. Por ejemplo, la batalla entre las grandes corporaciones y los grupos de ciberdelincuencia la llevan a cabo las inteligencias artificiales (Algoritmos Guerreros) de ambos bandos. La policía se dedica a detectar patrones de comportamiento buscando el eslabón más débil de las defensas, que es la inteligencia natural, «porque detrás de cada ordenador siempre hay un mono y ese mono tiene emociones», por lo que puede ser vulnerable. La charla la presenta brillantemente Per Gaztelu.



Se termina la jornada con la proyección de «El detective» (1968), de Gordon Douglas.

La corrupción no es nueva: «Si me despiden a mi tendrán que despedir a la mitad del departamento por dejarse sobornar», le dice el sargento Joe Leland (Frank Sinatra) al detective Curran (Ralph Meeker)

Después, como siempre, todos al Cubo a por el pincho pote. Luego, cena con despedida de los que se marchan.

Mañana más.

miércoles, 15 de enero de 2020

Pamplona Negra 2020. Crónica del martes, 14 de enero.

La mañana la dedico a hacer el turista. Paseo por las calles del casco antiguo y a pesar del solecito, algunas fachadas desprenden un helor viejuno y ancestral. Se me antoja que el frío de estas calles lleva por aquí desde el tiempo de los romanos, o más.

Ya por la tarde y poco antes del inicio de la segunda tanda de charlas del festival, me sumerjo en el vestíbulo de Baluarte. Hay tal mogollón de gente que es inevitable que surja la nota discordante:

—Oye, ¿aquí qué es lo que dan?
—Cupones para descapullar monos. Cuando reúnes diez con el sello oficial del zoo, te dan el título de  veterinario.
El tipo me mira raro y se va. Ya sabéis que yo, en realidad, no soy así de borde todo el rato, sólo cuando tengo un episodio de sociopatía y me encuentro con estas singularidades cuánticas en forma de individuo. Es entonces y, sobre todo, si tengo hambre cuando me cabreo bastante. Ahora mismo me comería un gilipollas sin ningún remordimiento. No me digáis que no me mueve un sentimiento altruista: si todos hicierais lo que se me acaba de pasar por la cabeza, seríamos muchos menos sobre la faz del planeta, no agotaríamos sus recursos, reciclaríamos responsablemente y mejoraría notablemente la especie.

Ya repuesto del soponcio, entro en la sala para ver a Rosa Montero entrevistada impecablemente por Susana Rodríguez. No voy a explicaros ahora quién es Rosa Montero, tan sólo os diré que esta periodista y escritora ha realizado más de dos mil entrevistas a personalidades de relevancia mundial. De su jugosa charla me quedo con dos frases sobre la memoria:

«Creemos que lo que recordamos es verdad, pero sólo es un relato».
«La memoria colectiva siempre es una versión, una manipulación».


A continuación, Laura Pérez de la Raya, componente destacada de la new generation de escritoras navarras, nos presenta, en «El crimen a escena», a Marian Martínez de Pancorbo, catedrática de Biología Celular y directora del Banco de ADN de la UPV, que nos explica en una entretenida exposición cuáles son los protocolos de investigación de la genética forense en la obtención y análisis del ADN en la escena de un crimen. 


Nunca deja de asombrarme la impresionante convocatoria que tiene el Pamplona Negra. Durante las dos sesiones la sala estaba a rebosar.

Y para terminar la jornada, cine negro: «Sed de Mal» (Orson Welles, 1958)

«Un buen hombre, un mal policía», o algo así, dice Marlene Dietrich al finalizar la película.

Colofón del día con pote en el Cubo y cena con risas y anécdotas.

martes, 14 de enero de 2020

Pamplona Negra 2020. Crónica del lunes, 13 de enero.

Bajo del tren, son casi las tres de la tarde y…, ¡no hace frío en Pamplona! Debe ser cosa del calentamiento global. Eso o que los pamplonicas, que son primos de los bilbaínos, están domesticando el clima.

De camino al hotel, le pregunto al taxista si lloverá esta semana.

—No creo, no tiene pinta —me responde.

Un taxista nunca se equivoca, y si se equivoca, llueve, como en todos lados. Yo soy hombre de pocas creencias, pero creo en los taxistas. Esta fe irracional me lleva a gritar para mis adentros, «¡Bien!». Ya sé que es una mierda de grito, pero qué queréis que os diga, a mi edad no me voy a poner a ejecutar la danza maorí esa, la de los del rugby. En vez de eso, cierro en el móvil todas las webs que vaticinan lluvia a partir del jueves, que ya es bastante esfuerzo optimista.

Descanso un poco en el hotel antes de que comience el festival. Han sido siete horas de viaje y de aguantar en el tren, entre otras cosas, los efluvios anales silenciosos de una señora de ojos rasgados y raza amarilla, como decían en la enciclopedia Álvarez. Pamplona Negra no es festival para viejos, pero pedos a gusto no huelen, ¿o eran palos?.

Me acerco a Baluarte media hora antes de que comience el evento para observar el ambientorro previo al festival. Capto retazos de conversaciones cruzadas que me bombardean la oreja buena:

—Dicen que va a haber una mesa con doscientos escritores navarros.
—¿Nada más? Eso es una mesa camilla, hombre.

Y comienza el Pamplona Negra con la primera charla titulada «Sangre Foral. La Novela Negra Navarra a Escena», o como entrevistar a dieciséis escritores navarros en una hora, clavar los tiempos de cada uno equitativamente y que nos enteremos de lo que han escrito, de los proyectos que tienen entre manos y hasta de lo que sueñan. Susana Rodríguez, la directora del festival, entrevista a: Miguel Izu, Aitor Iragi, Luis Martínez Vallés, Carlos Erice Azanza, Carlos Bassas del Rey, Carlos Ollo Razquin, Estela Chocarro, Maribel Medina, Tadea Lizarbe, Yolanda Almeida, Jesús Javier Corpas Mauleón, Jon Arretxe, Jon Alonso Fourcade, Juan Carlos Berrio Zaratiegui, Maite Sota Virto y Nuria Viedma Hervás. ¿Tiene Susana Rodríguez un reloj atómico implantado en el cerebro?


A continuación y para terminar esta primera jornada, comienza «El crimen a escena. La voz de las víctimas», con Rafael Alcaraz, presentado por Begoña Pro. Más de cuarenta años de experiencia en medicina legal y forense nos contemplan desde el escenario. Historia de la autopsia e historias de autopsias de casos reales adornadas con toques de humor. Casi dos horas de charla que se pasan sin sentir escuchando a este hombre.


Terminamos, como siempre con pincho pote en el Cubo.

Mañana más.

miércoles, 8 de enero de 2020

«Soledad», de Carlos Bassas del Rey. Reseña.

Una adolescente muerta.

Una madre rota por el dolor y la culpa.

Y la humillación.

Y el maltrato.

Y la angustia.

Y la desesperación.

Y el abandono.

Y la rabia.

Un policía que duerme sobre una cama en donde habita un vacío infinito.

«Soledad» es un grito que aúlla dentro de la caverna interior de unos seres heridos hasta la náusea.

Y una verdad que quema todo lo que toca.

Todo eso es, según el que esto escribe, «Soledad», de Carlos Bassas del Rey.