domingo, 6 de octubre de 2019

Granada Noir 2019. Crónica del sábado, 5 de octubre.

Me dicen mis amigachos que qué bien me lo paso y que siempre estoy viajando y divirtiéndome por aquí, por estos festivales negros del Señor. Pues qué queréis que os diga, no os voy a negar que todos estos saraos me entretienen, que todavía, a mis años, estoy aprendiendo un huevo y eso me colma de dicha, plenitud y bienaventuranza, pero también tengo mis ratos chungos. Joer, que aunque esté gordo también sufro.

Mañana intensa, es mi último día en el festival y tengo que aprovechar el tiempo al máximo, lo cual no es mucho dada mi condición de vejestorio caduco y disperso. A las 11:00 me voy de ruta por el Albaicín Noir con un eficaz guía de Masquetours, que nos introduce sin darnos cuenta en los entresijos históricos de una Granada oscura de inquisición, arcángeles en el límite del cielo y del infierno y cicatrices urbanas que separaron quirúrgicamente la burguesía granadina de las clases sociales menos favorecidas.


Tenía un cita pendiente y al acabar la ruta me voy a toda prisa al Centro de Exposiciones CajaGranada-Puerta Real para ver la exposición de originales del cómic «Blacsad», de Juanjo Guarnido y Juan Díaz Canales. Impresionante documento de cómo de bien trabajan estos tipos.


Con la lengua de fuera llego hasta el 4U Hostel a tiempo de escuchar el coloquio entre Alejandro Pedregosa y Jesús Carrasco. Sus novelas «Hotel Mediterráneo» e «Intemperie» han sido consideradas como wéstern noir patrio y lo curioso es que, según declaran, ninguno de los dos pretendía escribir «una del Oeste». La conclusión es que el wéstern reúne una serie de arquetipos literarios que son universales. La versión cinematográfica de «Intemperie» se estrenará este mismo mes.


Ya por la tarde, en el teatro CajaGranada, comienza la charla de Jesús Lens con Alexis Ravelo. Se analizan, cruzan y comparan la novela póstuma de Antonio Lozano, «El baile de los malditos» y la última de Ravelo, «La ceguera del cangrejo».


A continuación llega el momento de las emociones: Clara Herrera, esposa de Antonio Lozano, entrega el I Memorial Antonio Lozano a Mabel Lozano, por su labor de denuncia de la trata de mujeres para la explotación sexual. Se escapa alguna lagrimita que cae sobre el escenario.



Seguidamente se proyecta el documental «El proxeneta. Paso corto, mala leche». Demoledor documento sobre la trata de mujeres para la prostitución y después la charla coloquio de Sergio Vera Valencia con Mabel Lozano. Hay pasión y profesionalidad en esta mujer que ha hecho bandera de la denuncia de la trata. Para ella, las únicas opciones son la educación de los jóvenes y la abolición de la prostitución. Con el documental y esta charla, el Granada Noir ha alcanzado el clímax.


El Granada Noir 2019 termina para mí. Mañana hay más noir para los chinorris y el lunes el festival se va de bolos por los pueblos de la comarca. Es la segunda vez que acudo a este evento y si nada grave me lo impide volveré, porque considero que es uno de los festivales con más calidad, tanto literaria como humana, de este país. Jesús Lens y Gustavo Gómez, junto con su equipo, han sabido pergeñar un festival negro que crece cada año. Salud, muchachos.
Ya veis, granaínos, amenazo con volver.
Nos vemos al año que viene. 

sábado, 5 de octubre de 2019

Granada Noir 2019. Crónica del viernes, 4 de octubre.

Me siento en la terraza de un bar del Zaidín e intento pedir un café. Ni por esas.
Lo intuyes, lo sabes. Te das cuenta de que estás fuera del mercado sexual cuando, subido encima de la mesa de la terraza de un bar, agitando los brazos y bailando el can-can, pides un café y la camarera maciza no te hace ni puto caso porque no te ve. Te has vuelto invisible para las mozas. Ay, que pena más gorda… En fin, a lo que vamos:

A la hora de la cerveza aterrizo en el Gran Café Bib-Rambla para escuchar a uno de los mejores escritores de este país: Justo Navarro. Es entrevistado por José María Pérez Zúñiga y nos enteramos, entre otras cosas, que el protagonista de sus novelas, el comisario Polo, aparece siempre que puede por el Bib-Rambla, un café art deco fundado en 1907.


Hoy, el recreo se me acaba a las seis de la tarde y la siesta ha sido muy corta. Señores directores de festivales negros en general: esto de las siesta hay que solucionarlo de alguna manera.

Arrastrando la piel me dirijo al Cuarto Real de Santo Domingo para ver a José Antonio Pérez Ledo, presentado por Carlos Castro. José Antonio es un tipo especial, lo mismo escribe una novela intimista que hace el guión de una peli de terror, o escribe un cómic, o crea programas como Órbita Laika. Él mismo confiesa: «Cuando me preguntan qué soy, contesto que no lo sé». Nos cuenta varias anécdotas muy jugosas sobre las preguntas locas que le hacen los directivos de las cadenas de TV cuando intenta venderles una idea.


Esto no para, a continuación, y con el cadáver aún caliente de la última mesa, entran en acción Pere Cervantes y Clara Peñalver, que, presentados por Belén Rico, nos hablan de sus novelas «Golpes» y «Las voces de Carol» respectivamente, y de lo que significa la moto para los protagonistas de su novelas.


A continuación llega uno de los mayores expertos en  la mafia italiana: Íñigo Domínguez. Presentado por Gustavo Gómez Gozalo, nos cuenta que, con su última novela «Paletos Salvajes», ha tratado de desmitificar el encanto de la mafia italiana. No hay glamour  en las mafias de los espagueti. Para hacer hincapié en esto, nos cuenta un puñado de anécdotas increíbles y prosaicas de los componentes de estas organizaciones criminales.


Con el reactor del Cuarto Real de Santo Domingo alcanzando el punto crítico, llega Berna González Harbour para presentar su última novela «El sueño de la razón». La entrevista Raquel Páiz. El libro es la última entrega de la comisaria Ruiz y en él, la protagonista se tiene que implicar en el universo de Goya.


A continuación y a toda pastilla tenemos que trasladarnos al teatro CajaGranada para ver el espectáculo Bandas Monólogas. El coro y el ensemble de la Universidad de Granada, la solista Maribel Hinojosa, dirigidos por Jorge García Morata, tocan y cantan piezas basadas en películas de cine negro, mientras el actor Victor Burgos interpreta monólogos de esas películas.



Como podéis ver, esto es un sinvivir y así no hay manera de engordar en paz.

Mañana más.


viernes, 4 de octubre de 2019

Granada Noir 2019. Crónica del jueves, 3 de octubre.

Todos los festivales negros tienen sus beneficios colaterales y en el Granada Noir los hay en abundancia. Como el año pasado me quedé con ganas de más Albaicín, esta mañana me he dado un lento y ensimismado paseo por sus callejuelas llenas de macetas no sin antes darme un garbeo por el Paseo de los Tristes. Esto me lleva a que eso de que los poetas paseen lánguidamente entre macetas y paredes encaladas mientras les invade la tierna melancolía y se pongan a componer ripios como locos, me parece muy bien y tal, pero a mí, qué queréis que os diga, a mí, con estas cosas, lo que me entran son unas ganas tremendas de comerme una docena de torreznos, por eso he salido corriendo de semejante laberinto. Un minuto más por allí dentro, melancoliqueando, y me como a un guiri crudo y sin pelar ni nada. El binomio languidez-torrezno no está lo suficientemente estudiado, pero creo que ahí hay tema.


Después de la siesta acudo a esa maravilla que es el Cuarto Real de Santo Domingo para escuchar a Margarita Buet, presidenta de la Alianza Francesa de Granada que, presentada por Juan Manuel Cid, nos habla de los sustratos comunes de Tánger y Granada y las transferencias a todos los niveles, incluido el literario, entre las dos ciudades.


Sin apenas tiempo para estirar las piernas comienza el siguiente encuentro, titulado «Andalucía como escenario del noir contemporáneo», compuesto por Jerónimo Andreu y Javier Valenzuela que, presentados por Quico Chirino, nos hablan de sus novelas. Durante la charla, todos resaltan el enorme potencial para la novela negra que hay en esa franja de territorio que va de Málaga a Tánger.


Sillas calientes: unos se levantan y otros se sientan. Los que se sientan son Maribel Medina, con «Sangre entre la hierba» y Jordi Llobregat con «No hay luz bajo la nieve». Los presenta Mónica Martínez Leyva. Las dos novelas tienen en común que las protagonistas son mujeres. Se oyen frases como, «…el futuro será feminista o no será», o «…aunque lo parezca, la novela negra no ha tocado techo todavía».


Termina la jornada con la cena homenaje al 50 aniversario de la publicación de «El Padrino». Desparrame total: Actores hablando en italiano macarrónico, cantante mujer-fatal interpretando las canciones de la película y una cena a base de tapas con alusiones a esta obra maestra del cine negro, todo ello orquestado y dirigido por el capo Jesús Lens.


Por cierto, ¿en «El padrino» sirven torreznos en alguna comida? ¿No? Eso tienes que mejorarlo, Coppola.

No se puede terminar el día de una forma mejor.

Mañana más. 

jueves, 3 de octubre de 2019

Granada Noir 2019. Crónica del míércoles, 2 de octubre.

Aparco frente a La  Recacha Forum y mi viejo Toyota resopla como un dinosaurio viejuno y cansado. Ya somos dos. 

Objetivo cumplido: llego a Granada con el tiempo justo de asistir al Encuentro Especial con Mariano Sánchez Soler. Le presenta y entrevista José Antonio Muñoz, del periódico Ideal.
Mariano se explaya, como es habitual, sin pelos en la lengua. Cito de memoria: «¿Transición ejemplar? Pues una transición que arrastra 700 muertos por violencia política tiene poco de modélica». «¿Quién obtuvo el mayor beneficio de la transición?», le preguntan. «Los mismos de siempre: esos que acabaron sus carreras y aún ocupan puestos relevantes en los más altos estamentos del país». Lo cuenta todo en su libro «75/83. La transición sangrienta».

Escuchar a Mariano Sánchez Soler siempre es una delicia y más si, como en este caso, la charla se hace en un bar tomando una cerveza con tapas.
Espectacular.


Por la tarde nos vamos al cine para ver  «Grupo salvaje» en su versión especial con el montaje del director. Es el 50 aniversario de esta película, hace más o menos 49 años que la vi y no pasa el tiempo por ella.


Después de la proyección, Fernando Marías, Mariano Sánchez Soler y Juan de Dios Salas mantienen un coloquio sobre la película. Cito de memoria: «…genial la escena de de la salida del burdel, los cuatro, armados hasta los dientes», o «…la mejor escena es la del asalto al tren. Se cuenta a la perfección el qué, el cómo, el cuándo y el quién», o «…la ves en pantalla grande, después de 50 años y toda tu vida se te echa encima. La película no ha envejecido, el que ha envejecido he sido yo», o «…esta película cambió al cine…»


Termina el coloquio y nos vamos todos a cenar unas tapas con más cine en compañía de estos tres cinéfilos desatados a los que se une el cuarto mosquetero: Jesús Lens.

Me voy a dormir con sobredosis de cine y con ganas de disparar a mansalva. Que no se me ponga a tiro ningún gilipollas de camino al hotel.

Mañana más.


domingo, 8 de septiembre de 2019

Cartagena Negra 2019. Crónica del sábado, 7 de septiembre.

Salgo del hotel y me doy un paseo por el puerto. A pesar de ser sábado, la mañana es tranquila, tengo todo el paseo para mi solo. De repente oigo una voz por detrás que se acerca.

—¡¿EeeeEEEH?!  ¡Que no, que no, que estoy ahí en CINCO MINUTOS!

—.... (sonidos de altavoz ininteligibles)

—¡Que no, que no…! ¡Hostia!

Miro hacia atrás de reojo y por pura intuición salto hacia un lado. Un tipo de más de cien kilos de peso, que teclea y le habla al móvil sobre una bici pequeña y ridícula, está a punto de arrollarme. La bici pasa rozándome un michelin y oigo al gordo decirle al teléfono:

—¡Na, que por poco me choco con un señorito que se cree que el paseo es suyo!

El engendro sobre ruedas se aleja ladrando y tecleando y yo me quedo con las ganas de entrenarme para los mundiales con sus pelotas.

—Te noto algo tenso. Relájate.

—¿Algo tenso, dices? O sea, un paseo de cincuenta metros de ancho, un sola persona andando por él, es decir, yo, y el tipo casi me  atropella porque no tiene sitio para pasar. Si lo trinco me hago un taparrabos con su pellejo.

—Tranquilo, tío, el hombre se ha despistado, ha tenido un lapsus.

—¿Un lapsus? Ese tiene un lapsus desde que nació. Pero vamos a ver: tenemos el mismo cerebro que hace cincuenta mil años, por aquella época la actividad más intelectual consistía en tallar bifaces y cuando se tallaban bifaces no se hacía otra cosa. Ahora, este descendiente de aquellos cromañones, con el mismo cerebro que sus antepasados pretende hablar por teléfono, teclear un wasap y montar en bicicleta, todo a la vez, y encima se cree que lo hace de puta madre. Este tío es un gilipollas integral, un puto error evolutivo, que si no fuera porque tenemos medicina avanzada, servicios sociales y una tolerancia con el prójimo rayana en la estupidez de una oveja modorra, se habría muerto a los pocos días de nacer. La madre que lo parió.

—¡Madre mía, estás muy mal! Menos mal que sólo quedan unas horas para que empiecen las mesas. Mientras tanto te sugiero que te vayas a comer y te eches una buena siesta.

—Coño, ya era hora, por fin me haces una sugerencia aceptable.

Después de cumplir el consejo de mi Pepito Grillo, me siento renovado y sin cabreo. Entro en el Batel dispuesto a congraciarme de nuevo con la especie humana y veo que ya están en su sitio Susana Rodríguez Lezaun, José Ramón Gómez Cabezas y Mariano Sánchez Soler que, junto al director del festival Antonio Parra, que actúa como moderador, forman la mesa «Comisarios y escritores». Hay unanimidad en afirmar que, aunque dirigir un festival desgasta y pasa factura, merece la pena ser comisario de estos saraos. Se expone que hay que diferenciar entre un festival de novela negra y un sitio al el que los escritores van a hablar de sus libros y que la novela negra goza de muy buena salud, salvo alguna infección interesada por parte de algunas editoriales para colar novelas negras que no lo son.


A continuación, Ana Ballabriga presenta el premio del concurso de cortometrajes. El ganador es Iago de Soto con «La Guarida». No he visto los demás finalistas, pero este corto es un peliculón.


Y llega la última mesa del festival. La forman Antonio Mercero, Susana Hernández y Prado G. Velázquez, la modera Ana Ballabriga. La mesa se llama «Arcoíris negro» y sus componentes nos explican las diferentes razones que les han llevado a elegir a los protagonistas de sus novelas: dos lesbianas y un transexual. Todos pretenden la normalización o naturalidad de incluir este tipo de personajes dentro del género negro.


Ya en el Mister Witt Café se entrega el III Premio de Novela Cartagena Negra a Paco Bescós por «El porqué del color rojo».


Y con este acto termina el Cartagena Negra. Paco Marin, Antonio Parra y su equipo, con su buen hacer, han demostrado un año más que este festival sigue siendo un referente dentro del género negro.

—Podías contar algo de las charlas durante las pausas, comidas cenas o paseos.

—Esto no es una revista de cotilleo, tío.

—Pues yo no estaría tan seguro.

—Pues allá tú.

No las voy a contar, pero durante los festivales oigo cosas que vosotros no creeríais.


sábado, 7 de septiembre de 2019

Cartagena Negra 2019. Crónica del viernes, 6 de septiembre.

Entro en Cartagena y lo primero que veo es el submarino Peral, todo repintaíco como una falla, clavado en una rotonda. Luego me entero que es una réplica y que el original sigue en el Museo Naval. Tardo cuatro años en volver por aquí y me liáis, cartageneros.

—Tú sigue en ese plan, que un día te van a correr a guantazos por bocazas y por dirigirte así a la peña local.

No hagáis caso. Es mi Yo Crítico el que me habla, mi Pepito Grillo, mi conciencia, ese invento de los loqueros, en connivencia con los curas, encaminado a engordar sus facturas y a tenernos en un sin vivir respectivamente.

—Para decir que no te gusta lo que te digo no hace falta tanto rodeo.

—Mira, vete al carajo. En fin, sigo:

Pues fíjate tú, me acuerdo cuando llegué a esta ciudad, en 2015, todo hecho un paleto en cuestión de festivales negros. No había visto en toda mi vida a un escritor de cerca y no tenía ni idea de como respiraba esta fauna. Estaba nervioso. Me los imaginaba sentados en un sillón de orejas, en el gran salón de una vieja casona frente al mar, escribiendo febrilmente y llevándose la mano al mentón adoptando una expresión de inteligencia concentrada y taciturna. Y resultó que no, que de ninguna manera, todo lo contrario…

—Joder, tío, vaya rollo. ¿Y la crónica de hoy para cuándo?

—Vale, vale, ya voy.

Entro en el Batel y me sitúo: Cristóbal Terrer, de «EL QUINTO LIBRO», Daniel L. Hawk, de «SOLO NOVELA NEGRA», Ricard Pascual, de «NEGRA Y CRIMINAL» y Daniel Fopiani, de «RELATOS SIN CONTRATO», toman posiciones y comienza la mesa «BLOGS Y REVISTAS NEGRAS». Le toca moderar a Paco Atero, de «NEGRA Y CRIMINAL». Comienzan hablando de los entresijos de sus respectivas revistas digitales. Todos coinciden en que se tiene una gran libertad cuando se reseñan libros sin cobrar un euro.

—Podías aprender un poco de estos blogueros.

—Hoy he comido con ellos y ahora estoy escuchándoles.

—Pues se te pega poco de su buen hacer: reseñas los libros que te vienen en gana y cuando te sale del pito. Eres un vago.

—No soy vago, estoy mayor.

—Excusas.

Como veis, mi Pepito Grillo está jodón. Lo pongo un rato en standby y sigo.


Termina la mesa redonda de los blogueros y nos ponen un corto de Iago de Soto, finalista del concurso de cortometrajes, titulado «La Guarida». ¡Buf! Impactante y demoledor. Esto es cine negro, negrísimo, más negro que las uñas del camarero de un bar espeso.

A continuación, Blas Ruiz Grau, Manuel Marlasca y Marta Robles, moderados por Chema Gil, forman la mesa titulada «Ficción y realidad». Surgen temas muy variados durante esta charla muy bien conducida. Nos hablan de la conciencia forense de los delincuentes, de cómo y por qué empezaron a escribir o de la importancia de las fuentes de la calle a la hora de hacer buen periodismo.


Termino este día del Cartagena Negra como corresponde: tomando cañas negras en el Mister Witt Café, viendo el concurso de microrrelatos «Deje aquí sus sombrero», cuyo ganador es Alfonso Arrimadas y charlando hasta las tantas con nuevos conocidos y viejas amistades.


—No te pases y no te acuestes tan tarde, tú mismo has dicho que estás mayor.

—No hay edad si estás en buena compañía.

—Qué bien te ha quedado eso.

—¿Ironía en modo on?

—¿Lo dudas?

—Ya me has hartado. Quedas castigado en standby hasta mañana.


domingo, 25 de agosto de 2019

Cubelles Noir 2019. Crónica del sábado, 24 de agosto.

Tercer día del Cubelles Noir. Las turbulencias provocadas por mi alusión poética a la chimenea de la Térmica se ha disipado. Ya nadie busca la chimenea. Descanse en paz. La calma ha vuelto al pueblo. Al año que viene me saludará la torre de la iglesia, siempre y cuando esté en pie, claro está, que por aquí son muy aficionados a derrumbar cosas en cuanto te descuidas.

—Buenos días. No te preocupes. Esa torre no la tiran.

—Buenos días, Pepito Grillo. Con la Iglesia hemos topado.

—Efectivamente.

A lo que vamos: en el primer debate de la mañana se habla de las vicisitudes a través de la historia de un espacio emblemático de Cubelles: L'Aliança. Se espera que con su reciente rehabilitación, al año que viene se pueda realizar allí el Cubelles Noir 2020. Participan en el debate Xavier Martinez y Robert Monzonis, modera Xavier Borrell.


La segunda mesa se llama Black boxing y en ella, Jokin Ibáñez, Jordi Dausà, Sebastià Bennassar y Ferran Grau, moderados por Úna Fingal, debaten sobre boxeo y novela negra. Escucho cosas como que el boxeo está lleno de perdedores y al noir le gustan los perdedores. A la pregunta de la moderadora de a quién le darían un derechazo, un participante responde que a un juez que se ha enterado que boxea y otro dice que le gustaría sacudirle a una señora que escribía novelas de misterio. Sí, esa tan sabihonda, repelente y clasista que en sus libros el asesino siempre era el mayordomo.


La mañana es intensa y asisto a otra mesa llamada Fantasía y ciencia ficción, con Jesús Cañadas, Marc Pastor e Isabel del Río, modera Yoli García. Se expone que, aunque hay una cierta normalización en el género de la ciencia ficción, hace falta un revulsivo, una obra mediática que sirva de punto de inflexión a partir del cual el género se haga multitudinario. La moderadora propone a los autores el simpático juego de improvisar un relato situado en Cuebelles en el año 4445 y la narración deriva en un Cubelles acuático lleno de amebas gigantes que luchan contra un ejército de robots de cocina.

—¿Amebas gigantes contra robots de cocina? Eso no es nada.

—¿Qué pasa con eso, Grillo?

—Pues que tú, a veces piensas distopías mucho más surrealistas que esa y eso se debe a tu carácter pesimista y depresivo. 

—¡Oye, ortóptero, se supone que tú estás para aconsejar, no para dar por saco!

—¿Qué me has llamado?

—Ortóptero, eres un insecto de la familia de los ortópteros, en definitiva un puto grillo bastante molesto. Lo leí hace tiempo en el Libro Gordo de Petete de San Google.

—¿La Wikipedia?

—Esa. ¿Seguimos con la crónica?

—¿Hoy no se come?

—¡Por supuesto que se come! Comemos y seguimos.


A las seis de la tarde se suceden dos mesas con las candidatas al premio Cubelles Noir en catalán y en castellano, cinco aspirantes por cada idioma. Cada finalista resume y defiende su novela. Hay risas nerviosas, la tensión se palpa en el ambiente. Las finalistas son: Antonia Huertas, Noelia Lorenzo Pino, Laura Balagué, Marina Sanmartín, Prado G. Velázquez, Dora Muñoz, Montse Sanjuan, Esther Vila, Núria Gras y Mireia Vancells, presentan Yoli García y Xavier Borrel.



Seguidamente empieza la mesa Novela negra en la televisión, a cargo de Roger Rubio y Miguel Sáez Carral, modera Nacho Cabana. En esta charla queda claro que el lenguaje televisivo es muy diferente al de la novela, de ahí las grandes divergencias que existen, a veces, entre las novelas y las adaptaciones al medio. Durante el debate se proyectan tráileres de grandes series.


Esto se está acabando. La última mesa se titula Fake news y está compuesta por Raquel Gámez Serrano, Maribel Medina, Cristina García Ferry y Javier Abasolo, moderados por Xavier Borrell. Me quedo con un dato: los bulos triunfan aunque solamente se los crea un dos por ciento.


Se entrega el Premio a un personaje histórico de novela negra a Kostas Jaritos/Kharitos, de Petros Márkaris.


El premio a la mejor novela escrita por una mujer en catalán en 2018 es para Mireia Vancells por Aritmètica del crimen.


El premio a la mejor novela escrita por una mujer en castellano en 2018 es para Noelia Lorenzo Pino por Corazones negros.



Se acaban los nervios, se calman las tensiones y llega la euforia de las ganadoras.

Nos vamos a cenar al patio del castillo y nuevamente me invade la melancolía que desprenden las cosas que terminan y no deberían…

—Estás hecho un moñas, tío, como sigas por ese camino vas a acabar en los festivales de novela romántica y te vas a deprimir como un decimonónico cualquiera.

—Si me deprimo es porque siempre me cortas y zumbas a mi alrededor como una mosca cojonera.

—¿Mosca? ¿Ya no soy un grillo?

—Tú eres tonto.

—Pues anda que tú…

Apago a Pepito Grillo y me despido del Cubelles Noir, pues mañana no sé si podré asistir a la visita guiada a los lavaderos y a la Gimcana en la que colabora el grupo de teatro del Casal de Cubelles. Repito el párrafo de más arriba que mi jodido Yo Crítico no me dejó acabar como es debido:

Nos vamos a cenar al patio del castillo y nuevamente me invade la melancolía que desprenden las cosas que terminan y no deberían, pero enseguida me repongo porque al año que viene, por estas fechas volverá a empezar, como siempre y para siempre, Cubelles Noir. 

   

sábado, 24 de agosto de 2019

Cubelles Noir 2019. Crónica del viernes, 23 de agosto.

Segundo día en el Cubelles Noir y ya me he ganado un chorreo: me dice el señor comisario del festival que la chimenea de la Térmica la demolieron hace seis meses y que la he liado, porque hay un montón de gente buscando la chimenea para tirarla de nuevo. Le digo que ya lo sé, que no busquen más, que lo de ayer era una imagen poética, que la chimenea está en mi recuerdo de Cubelles y los recuerdos no se pueden controlar y me saludan cuando me invade la melancolía.

—¿Ves lo que pasa por ponerte melancólico y tontorrón?

—Joder, Pepito Grillo, deberías ayudar en vez de echarme más sal en la herida.

—Soy tu Yo Crítico, ¿recuerdas? Ya sabes cual es mi trabajo.

—Los inventos de los comecocos no tienen trabajo.

Aprieto el botón standby del grillo y entro en el Centro Social. Comienza la mesa Personajes LGTBI en la novela negra a cargo de Prado G. Velázquez y Nacho Zubizarreta, que realizan un repaso histórico por las publicaciones y personajes de distinta orientación sexual y cómo en sus orígenes, estos personajes eran perturbados, negativos y de marginalidad extrema.



Sin apenas pausa, entran en acción Jacinto Vicente, Rafa Melero, José María García Sánchez y Francisco Veiga, moderados por Karina Tiznado, que dialogan sobre El peligro de la ultraderecha. Salen a relucir populismos, postfascismos, redes sociales, frikis ultras y todas las nuevas caras de esta fauna que, sin querer, a veces alimentamos con nuestro comportamiento.



Pausa para el vermut negro y para comer. Como novedad nos ponen unas pegatinas de colorines en la frente. A mi me toca la marrón y me dicen que eso significa que voy a comer entrecot.  Me parece estupendo. Parecemos una secta hindú debatiendo sobre el tercer ojo.
Muy bueno el entrecot. Supongo que no era de vaca sagrada, que no quiero liarla otra vez.

Lo malo de los festivales es que ninguno contempla la actividad siesta. ¿Dónde está el buzón de sugerencias?

Me lavo la cara para despejarme y entro en la primera mesa de la tarde. Julio César Cano, Empar Fernández, Javier Hernández y Aida Montoya, moderados por Mari Carmen Sinti. La mesa va de la influencia de los diferentes climas en la novela negra. Se habla de que el el calor, el frío o el viento influyen en la agresividad y de como el clima influye en los personajes porque lo hace con el autor.



Esto no para: seguidamente comienza el cara a cara con Petros Márkaris y Ernesto Mallo. Se suceden las anécdotas y los toques de humor: en estos momentos se dan las condiciones idóneas que dieron lugar al nacimiento del nacionalsocialismo, pero el señor Trump tiene la solución: podemos comprar Groenlandia e irnos a vivir allí. La sala está a rebosar y hay gente sentada en las escaleras.



Sillas calientes. Apenas ha terminado de firmar el último libro el bueno de Petros, cuando comienza la penúltima mesa de la tarde titulada Crisis económica y novela negra, a cargo de Paco Gómez Escribano, Jordi Ledesma, Álvaro Aguilera y Daniel Fopiani. Modera: Charo González. La novela negra nace con las crisis económicas. Cuando hay crisis, la novela negra crece.



«Todos los asesinos nos cuentan una historia en la escena del crimen y en la víctima», es lo que nos dice Paz Velasco de la Fuente en al siguiente charla titulada Fantasía, sexo y crimen, en la que nos expone una recopilación espeluznante de las fantasías de varios asesinos en serie.



Termina uno de los días más densos del festival y mi Pepito Grillo y yo nos vamos a cenar. Casi salimos a tortazos. No nos ponemos de acuerdo ni en el menú.

Mañana más.


viernes, 23 de agosto de 2019

Cubelles Noir 2019. Crónica del jueves, 22 de agosto.

Después de más de cuatro horas de viaje entro en Cubelles. Como cada año, la chimenea de la Térmica me saluda. Ahí está ella, viendo pasar festivales.

—No me jodas… ¿Te estás poniendo melancólico?

—¡Hombre, mira quién está por aquí: mi Yo Crítico! Te echaba de menos, tocapelotas.

—Llámame Pepito Grillo, o Conciencia, como todo el mundo hace con la suya.

—Te llamaré Grillo, lo de conciencia suena a cura preconciliar con  mucha sotana.

Pongo al grillo en standby y me dirijo al Centro Social para escuchar la charla «Psicopatología y estigma en el noir», a cargo de José Ramón Gómez Cabezas. Nos habla sobre los estereotipos del psicópata, enfermedad mental, culpabilidad, responsabilidad y juicio moral. Nos pasamos un ratico muy bueno con este comecocos manchego.

—Psicólogo, se dice psicólogo.

—Pues eso.

—Como sigas con ese tono nos va a diagnosticar algo.

—Me compraré su libro para rebajar el tratamiento.


La siguiente mesa la componen Pere Cardona, José Luis Caballero, José Ramón Gómez Cabezas y Ramon Valls, moderados por Fernando Martínez Laínez. Nos cuentan la verdadera historia del soldado Ryan y la importancia de la inteligencia militar o la ausencia de ella en la Segunda Guerra Mundial. Con estos tipos al lado no necesitas Google, lo saben todo.


Acto seguido, David Marín, Francesc Planas, Maria Rosa Nogué e Irene Solanich, moderados por el librero más importante del noir, Miguel Àngel Díaz, hablan de sus novelas y debaten sobre La novela negra en catalán, antes y ahora. Brujas, anarquistas catalanes, segundas muertes y el futbol es así. Se quejan de falta de crítica seria en los medios y de exceso de publicaciones.


Termina la jornada con la inauguración oficial del festival con unas palabras del comisario Xavier Borrell, de la concejala de cultura Esther Solé y de la alcaldesa Rosa Fonoll. Brindamos con cava, como está mandado en esta tierra.


—¿Y aquí cuando se cena, oiga?

—Tú siempre pensando en lo mismo.

—A mi edad, el estómago es lo único que todavía no me deja en ridículo. ¿Te vienes a cenar o te pongo en stanby?

Y nos vamos.

Y cenamos.

Mañana más.

miércoles, 21 de agosto de 2019

«Prohibido fijar cárteles», de Paco Gómez Escribano. Reseña.

Yo lo de Paco Gómez Escribano lo veo así:

Con «Yonqui» boceta.

Con «Manguis» perfila.

Con «Cuando gritan los muertos» acaba.

Con «Prohibido fijar cárteles» limpia, pule y barniza.

Empiezo la novela y oigo un disparo. Avanzo a toda hostia montado en la bala.

Y me olvido de la trama.

Porque los personajes, la atmósfera que desprenden y que les rodea me abducen.

«Y todo esto juntando letras», me digo, «y todo esto en el reducido escenario de un barrio, con el lenguaje del barrio y sin caer en ningún momento en el costumbrismo».

Esa es la clave: depurar el código narrativo, ensamblarlo en el lector, hacerlo suyo y que sólo se perciba el ambiente que envuelve a cada personaje y a cada situación.

No sé, tíos, yo lo veo así.

Por eso recomiendo que leáis las novelas de barrio de Paco Gómez Escribano, que leáis «Prohibido fijar cárteles» o cómo construir una maravilla utilizando el lenguaje de la calle.

Salud, troncos.