—Sí, ¿qué pasa?
—No, nada. ¿Otra de Eladio Monroy?
—Sí, «El peor de los tiempos», ¿alguna objeción?
—No, ninguna, salvo que no me explico cómo no te cansas de las series.
—Depende de qué series.
—Pues de la de Ravelo, por ejemplo —mi amigo el tocahuevos me los está sobando bien esta mañana.
—Pues mira, no. Precisamente de esta no me canso porque se supera en cada entrega y esta última es la mejor.
—¡Ah! ¿Sí?
—Sí, ¿por qué no la lees?
—No tenía intención.
—Pues deberías.
—Convénceme.
—Eladio Monroy ha madurado. El personaje es más redondo.
—¿Y…?
—Es más humano, más cabrón.
—Eso esta empezando a gustarme…
—La trama se centra en un asunto muy feo y Eladio Monroy se emplea a fondo, en plan salvaje. Se convierte en la peor pesadilla de los malos.
—Eso mola. Me gustan las historias en las que los malos se enfrentan a alguien que es peor que ellos.
—Eso mismo ha dicho por ahí, en Calibre 38, creo, el mismo Alexis Ravelo.
—Cuéntame algo más.
—Cómpratela y léela.
—Me podías dejar la tuya, si ya la has terminado…
—¡Y una mierda! ¡Además de tocapelotas, rácano!
—Cómo eres…
—¡Que te la compres, coño!
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