Se abre el telón:
Aparece el Triste colgado de la rama de un roble. Es el loco oficial del pueblo y dueño de unos terrenos que no quiere vender.
—Se ha suicidado —dicen todos a coro.
—No sé yo… —dice el único policía local de la villa que empieza a hacer preguntas incómodas.
Se cierra el telón.
Se abre el telón de nuevo y aparecen uno tras otro:
El Colmenero, mafioso local de turno que ha conocido tiempos mejores.
Rocha, un inspector de la UDYCO, que quiere trincar al Colmenero.
El confidente Cejónidas, que como todo buen confidente juega con dos barajas.
Vega Trinidad, la hermana del policía local que se bebe hasta el agua del pilón de las ovejas.
Los matones Maquenroe.
Y aparece también un perro llamado Trípode.
Y una atmósfera densa.
Y una trama sencilla con toques de humor negro.
Y una prosa simple y efectiva.
Y el espíritu de Jim Thompson.
Se cierra definitivamente el telón.
¿Qué novelón hemos leído?
«La cordura del idiota», de Marto Pariente.
¿Jim Thompson? ¡Qué leches de Jim Thompson! ¿Qué coño tienen que ver nuestros psicopaletos con los psicopaletos de Oklahoma?
Aquí hacemos las cosas de otra manera.
Aquí hacemos las cosas al estilo de Marto Pariente.
Como siempre, tus reseñas son inclasificables, tan creativas. Deberías patentarlas como "Las reseñas de Urbano, nadie las hace igual". Un abrazo.
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