Hay una lugar en la Mancha en el que los aviones de papel vuelan llenos de poemas. Existe un pueblo en la llanura manchega en el que vas pisando libros pintados sobre el asfalto de las calles. Es un pueblo pequeño, perdido en esa inmensa planicie que sintió en la tierra de sus caminos los cascos cansinos del jamelgo Rocinante, y en donde, una vez al año, se celebra un festival literario que acojona por su magnitud.
Del festival «Almoradiel Lee» tiene la culpa una mujer menuda, concentrada y sin embargo con una energía brutal. «Almoradiel Lee» nace de la rabia (sic) de la escritora Maribel Medina, de su indignación al comprobar que las gentes de este pequeño pueblo manchego leen libros. Y muchos. Coño, pues estupendo, ¿dónde está el problema? El problema era que los chavales del instituto y el club de lectura del pueblo no tenían poder de convocatoria para atraer a autores de renombre hasta Almoradiel. Y lo demandaban porque la gente de Almoradiel, en cuestión de literatura, siempre quiere más: quiere escuchar, hablar, oler, interactuar con sus autores favoritos.
Y es aquí, para desfacer este entuerto, cuando entra en escena Maribel Medina, y la bibliotecaria Pilar Pérez Muñoz, y la concejala de cultura Laura Sepúlveda Angulo, y los profes del IES Aldonza Lorenzo…, y, claro está, el alcalde Alberto Tostado. Un alcalde callado y discreto. Un alcalde atípico que no discursea ni se hace fotos a todas horas, que guarda humildemente su turno en la cola de firmas y que ni siquiera se presenta ante los autores como alcalde, tanto es así, que los autores se tienen que enterar por alguien que acaban de firmar un libro al alcalde. Un alcalde, en fin, que apoya, otorga y deja hacer a un equipo competente para que se construya cultura, algo que debería ser norma y, de tanto no serlo, nos parece una excepción.
Ha sido impresionante escuchar a Rosa Montero y Ramón Gener con Pilar Pérez Muñóz, a Lorenzo Silva y Alejandro Palomas con Carlos Bassas del Rey y a Toti Martínez de Lezea, David Llorente y Victor del Arbol con Maribel Medina. Ha sido una delicia asistir al recital poético de Laura Arnedo, a una noche de monólogos improvisados y a un concierto de la banda de la escuela de música local. Les he puesto voz, piel y olor a Maribel Medina, a Mónica Cillán y a Laura Muñoz Hermida y os aseguro que huelen muy bien. Pero, sobre todo, ha sido un descoloque ver el salón de actos de la Casa de Cultura de Almoradiel lleno a rebosar, todos los días, con la gente de este pueblo y de las localidades vecinas.
¿Os imagináis lo que pasaría si hubiese tan sólo un diez por ciento de mujeres con la iniciativa de Maribel Medina, Pilar Pérez Muñoz y Laura Sepúlveda Angulo? ¿Sois capaces de imaginar las cotas que alcanzaría la cultura de este país con un diez por ciento de alcaldes como Alberto Tostado? ¿Qué ocurriría si todo el mundo leyera lo que se lee en Almoradiel? ¿Qué pasaría si en todos los festivales literarios se vendiesen tantos libros como en «Almoradiel Lee»? Asusta, da vértigo imaginarlo porque ocurriría una auténtica revolución. A la revolución mediante la literatura. No quiero ponerme happyflowers, pero os aseguro que el mundo cambiaría. A mejor, claro está.
Mientras tanto, soñemos con «Almoradiel Lee III».
¡Qué bonito post Urbano! ¡Y qué suerte! Gran iniciativa y gran evento por todas las fotos que he ido viendo. Abrazo,
ResponderEliminarGracias, Cristina.
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